El Aborto frente a la creencia, la ciencia, la ética y la responsabilidad.
- Jesús Omar Rodríguez R.
- 30 oct 2018
- 17 Min. de lectura
Actualizado: 26 ene 2019
- Aclaro antes de iniciar este texto que como médico siempre estaré del lado de la vida y me parece que no se puede legalizar un procedimiento que atenta contra ella. No hablo de criminalizar a la mujer pero nunca “legalizar” tal procedimiento. -Primum non nocere- (Primero no hacer daño) es el principio de la medicina y a menos que el feto sea inviable o esté muerto el aborto no puede considerarse una práctica terapéutica, toda vez que uno de los pacientes muere. Sin embargo no es cuestión de creencias (de ningún tipo) sino de hechos, por lo que he procurado enfocarme en lo científicamente demostrado. -

Tras el rechazo por el senado en Argentina de una ley que pretendía legalizar el aborto hasta las 13 semanas de embarazo no se hicieron esperar las protestas de los grupos pro-abortistas no sólo allá, sino también en otros países incluidos el nuestro, que defienden su postura bajo la premisa del “derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo”.[1,2]
Por desgracia los grupos “pro-abortistas” no presentan más argumentos que atacar dicha resolución diciendo que se trata de una ley conservadora y fomentada por “la iglesia”. No están dispuestos a analizar ningún argumento que vaya contra su inamovible opinión y exigencia a abortar libremente si así lo desean. Ahora estos grupos esperan que con una mayoría de “izquierda” en nuestro país el aborto sea autorizado.
Parece ser que efectivamente son las “creencias” las que movieron el tablero en contra del aborto cuando debieron ser los hechos científicos probados los que lo hicieran. Lo curioso es que por una cuestión ética elemental, el resultado hubiese sido el mismo.
Déjeme plantearle amable lector (aclarando que no soy particularmente religioso y que mi vida profesional siempre se ha desarrollado en el área de las ciencias), los siguientes hechos:
1.- Para opinar de un tema se debe tener amplio conocimiento del mismo, aunque en nuestro país, casi cualquiera se cree con autoridad para hacerlo por el simple hecho de saber hablar/escribir. No hay nada más peligroso que quien habla mucho y sabe poco. Le pongo un ejemplo muy sencillo, si usted padeciera una grave enfermedad que pusiera en peligro su vida, ¿cómo preferiría que se tomara la decisión del tratamiento a seguir? a) Mediante una consulta pública a la población, o; b) Que un grupo de médicos especializados en el tema analicen el caso y presenten la que les parezca la práctica terapéutica con mayores probabilidades de éxito. Parece evidente que la segunda opción es la más sensata y razonable, (aunque todo apunta a que las políticas del próximo gobierno se definirán mediante la primera opción en un exceso de populismo y falta de responsabilidad[3]). Ahora bien, los promotores del aborto basados en la “libre elección de la mujer” difícilmente han tomado un curso básico de embriología, genética o bioética para poder dar una opinión con al menos algún fundamento científico básico en cuanto al ser que se desarrolla en el útero de la mujer.

2.- Está demostrado científicamente que el cigoto, embrión o feto (el nombre cambia según la edad gestacional pero nos referimos a lo mismo) NO es parte del cuerpo de la mujer, y esto es tan sencillo como hacer un análisis y corroborar que tiene su propio código genético (ADN). Desde el momento de la concepción cuando se unen los 23 cromosomas del padre y los 23 de la madre se genera una nueva célula con sus 46 cromosomas. Este código genético es diferente del de la madre (hasta puede tener distinto tipo de sangre) y por tanto no es una parte propia que vaya a extirparse, sino otro organismo.[4,5]
3.- Basado en el punto anterior y defendiendo que efectivamente es muy justo decir que “sólo la mujer tiene derecho a decidir sobre su cuerpo” recordemos que hay un 50% de probabilidades de que este cigoto, embrión o feto sea del sexo femenino, una mujer*, así que nadie, incluida la madre, tiene derecho a decidir sobre el cuerpo de esta mujer en formación como para simplemente destruirlo porque además, (a menos que haya sido producto de una violación) no llegó ahí contra la voluntad de la gestante. Y por cierto, aunque fuera del sexo masculino, ¿no tenemos también derecho a decidir sobre nuestro cuerpo?
*-Cabe mencionar que el sexo del nuevo ser lo determina el hombre pues tiene dos tipos de espermatozoides: los X y los Y. Si el espermatozoide que fecunda el óvulo es X el resultado será un ser de sexo femenino, si es Y será del sexo masculino. Aunque se encuentran en números iguales tienen una curiosa diferencia: los Y son más rápidos por ende agotan su energía antes y su vida es más corta que la los espermatozoides X, más lentos, y que por ello viven más tiempo. Este hecho permite con buena probabilidad elegir el sexo del bebé que se va a procrear pues si la relación ocurre justo el día de la ovulación los espermatozoides Y llegarán rápidamente al encuentro del óvulo, si ocurre días antes la mayoría de los Y habrán muerto, y al predominar los X, hay mayor posibilidad de que se engendre una mujer. La ventana de tiempo es más amplia para los espermatozoides X lo que explica el hecho de que hay más mujeres que hombres en el mundo, entonces podemos decir que la posibilidad de que el nuevo ser sea mujer es incluso mayor de 50%.-[4,5,6]
4.- Científicamente también está demostrado que en el momento que el espermatozoide fecunda al óvulo se crea una secuencia genética única que define ya, como un instructivo perfecto, el fenotipo del nuevo ser. Es decir, cómo será la persona, el color de su piel, ojos, la estatura probable, coeficiente intelectual, un oído privilegiado para la música e incluso las enfermedades crónicas que podría tener y muchos otros factores. Por tanto al destruirlo estamos destruyendo un ser que no podrá repetirse, porque es prácticamente imposible que algún día se repita una secuencia genética idéntica y aunque así fuera sería un ser físicamente idéntico pero en realidad, una persona completamente distinta. Si no me cree, vea dos gemelos idénticos, su fenotipo es similar pero son dos individuos distintos. Para quien guste de la ciencia subatómica probablemente este último hecho pueda constituir la mejor prueba del principio de incertidumbre de Heissenberg. [4,5,7]
Dicho lo anterior estoy convencido que un abogado competente que documente adecuadamente estos hechos científicamente demostrados podría promover un amparo ante la suprema corte de justicia de la nación en nombre de esos ciudadanos que pretenden ser eliminados. Podría darles personalidad jurídica y no sólo impedir la legalización del aborto a nivel nacional sino echar atrás su aplicación en la ciudad de México. Como vemos no es un tema de “religión” ni “moral, ni es la “influencia de la iglesia” la que defiende al “concebido”. Es la ciencia imparcial quien certifica los hechos y cabría mencionar que las investigaciones en embriología y genética han sido a lo largo de la historia fuertemente condenadas por la iglesia ya que han requerido en el proceso la pérdida o destrucción de muchos cigotos, embriones y fetos humanos.[8] Paradójicamente el resultado de esos trabajos le dan la razón a la postura religiosa: el nuevo individuo queda definido en el momento de la concepción. Afirmar lo contrario es, de hecho, “una creencia” equivocada, refutada por la evidencia científica. (Vale la pena recordar que el aborto en Estados Unidos se legalizó en 1973, antes que esta evidencia estuviera disponible.)
No debería sorprender a nadie que los grupos religiosos estén en contra del aborto, lo han estado desde antes que existiera esta evidencia científica y sin duda lo estarían aunque ésta no estuviera ya disponible, la razón es simple: el máximo valor es la vida. Y no debería serlo sólo para los adeptos a alguna religión sino para toda sociedad civilizada. No es tampoco coincidencia de que la mayor parte de los “pro-abortistas” sean personas que no tienen hijos y en muchos casos ni la intención de llegar a tenerlos. Llama mi atención un grupo de personas cuya incongruencia no alcanzo a entender y por ello debo plasmar en estas líneas. Veo las mismas caras en las manifestaciones a favor del aborto que en las de movimientos anti-taurinos y en pro- de la defensa animal. ¿Para estas personas vale más un toro, un gallo o cualquier animal que un individuo de su propia especie? Al menos se esperaría que lo tuvieran al mismo nivel.
Estas incongruencias incomprensibles, existen también en el otro extremo del pensamiento radical, vemos derechistas condenando el aborto y promoviendo la pena de muerte a delincuentes.
Por otro lado debemos reconocer (y aquí debemos recriminar la postura de muchas religiones) que habitamos un planeta con un espacio y recursos limitados. El crecimiento desmesurado de la población nos pone en peligro de caer en una sociedad como la que presenta aquella película de ciencia ficción de los años 70 “Cuando el destino nos alcance” (“Soylent green” en inglés) en que acabemos en el canibalismo.[9] No es ficción pues ya ha ocurrido en este planeta en islas remotas cuando las especies que lo habitan se multiplican sin control. Es un hecho que las tierras cultivables del planeta son limitadas y además se degradan, es decir su productividad se reduce año con año por una simple consecuencia de la transformación energética llamada “entropía” que es inevitable. Es también una realidad que la extensión de las tierras de cultivo no podría alimentar a la población actual del planeta si se cultivara de manera orgánica, hace tiempo que pasamos ese límite. Lo mismo aplica para la producción de alimentos de origen animal, la actual población no podría ser provista con los espacios de pastura existentes sin usar hormonas ni proporcionando más espacio a los animales que nos proporcionan alimento para que tengan al menos una existencia digna.
Somos más de 7,000 millones de seres humanos[10], actualmente habitamos la tierra más personas de las que la han habitado. Somos hoy más los vivos que todos los muertos juntos de la historia. Por ello, aquello de “los hijos que dios mande” (ya sea que guste escribirlo con mayúscula o minúscula) es una irresponsabilidad mayor con el resto de la especie humana y aún con las demás especies. Lo qué o el que nos haya creado, o bien, o los eventos fortuitos que llevaron a nuestra existencia nos permitieron desarrollar la capacidad de pensar, razonar y por ende, prevenir. Nos dotaron con la inteligencia para entender que debemos mediar nuestra población con los recursos disponibles para tener una civilización sustentable que no acabe por destruirse a sí misma ante la escasez de recursos, sean alimentarios, sanitarios, económicos, etc.[11]
Este cambio, necesario, va a tener repercusiones a mediano plazo a nivel económico. Los trabajadores inactivos serán mayos número que los activos pero cuando se equilibren los nacimientos con las defunciones habrá estabilidad. Es hora de actuar a favor de la vida no sólo a nivel individual sino global.
Pasemos al tema de la ética, tan socorrido en palabras y tan evadido en la práctica. Casi todos sabemos qué es lo correcto, lo señalamos, pero estamos lejos de seguirlo.
Los refranes, o “dichos” sin duda encierran la sabiduría popular de generaciones en base a la experiencia, uno de ellos reza “no hay peor ciego que el que no quiere ver”. Me parece que si lo hay, aquel que además de ignorar sistemáticamente la evidencia cuando no coincide con su posición busca que los demás no puedan verla o bien que adopten la misma actitud que él. No le interesa la verdad sino “su verdad”.
Me viene a la cabeza un caso que comentó mi profesor de fisiología alguna vez sobre un médico que realizaba una investigación sobre terapia para el cáncer (he buscado el nombre sin éxito en la red). Cuando los resultados comenzaron a desviarse de lo que esperaba comenzó a alterarlos en busca de obtener prestigio, financiamiento y reconocimiento por la “terapéutica exitosa” que desarrollaba. Al final todo salió a la luz pero muchos pacientes perdieron la oportunidad de recibir tratamientos realmente adecuados y su expectativa de vida se redujo o bien fallecieron en el proceso.
De la misma manera quienes buscan legalizar el aborto ignoran sistemáticamente la evidencia científica de que el ser que se desarrolla en la mujer es un humano cuya única diferencia con cualquiera de nosotros es tiempo; de la misma forma líderes religiosos ignoran sistemáticamente el hecho de que habitamos un espacio finito y que no podemos reproducirnos sin control. Muchos críticos han señalado con fundamentos sólidos a la iglesia católica como responsable del crecimiento incontrolado de la población principalmente en países en desarrollo por su oposición y condena a los métodos anticonceptivos artificiales, aún a los “no abortivos”[12] (el DIU -dispositivo intrauterino- y la píldora del día siguiente son abortivos debido a que no evitan la fecundación sino que impiden la implantación del embrión en el útero pero ese sería tema de otro análisis por separado). La vida no sólo se debe defender a nivel individual sino a nivel global, población que crece sin control va inevitablemente a la extinción, vivimos en una isla, nuestro planeta es sólo un puntito azul en la inmensidad del espacio. Es hora de reconocer errores, dejar posiciones dogmáticas y aceptar la realidad, la ética elemental nos lo demanda.
En conclusión, ¿por qué entonces no promover educación y métodos anticonceptivos para no llegar a estos extremos? Exigir no sólo al gobierno el acceso a estos sino más bien a los padres educar a sus hijos para prevenir embarazos no deseados. Concientizar en que no podemos reproducirnos irresponsablemente en un planeta cuyos recursos son limitados e irremediablemente por consecuencia de la ley de la degradación de la energía irán reduciéndose. No deje al gobierno lo que usted debe hacer. Bien raza una frase “En esta escuela se imparten conocimientos, los niños deben venir educados de casa”. Eso nos lleva al siguiente punto: la responsabilidad.
Hay desde hace tiempo en la red una imagen que podría parecer “chusca” que trata de la educación en el salón de clases actualmente y hace 30 años. En la que se refiere a la época anterior está un estudiante siendo reprendido por sus padres y maestros ante una calificación reprobatoria con la leyenda “¡Qué notas son esas!”. En la época actual está el maestro siendo “reprendido” por el alumno y los padres con la misma leyenda. Estamos mal-educando a las nuevas generaciones para hacerse cada vez menos responsables por sus acciones.
Es un reflejo que la sociedad que estamos creando, una donde las personas no tengan que tomar la responsabilidad de sus actos y esperan que otro deba asumirla. En el caso del aborto la tienen que asumir muchas personas que no tendrían por qué hacerlo:
La tiene que asumir el médico convertido en verdugo al realizar el aborto poniéndolo a un nivel similar que el del asistente médico que coloca las venoclisis a los condenados a muerte por inyección letal o dispara la bala en las ejecuciones. (Tristemente estoy convencido que muchos médicos olvidando los principios éticos verán en esto una oportunidad lucrativa, otros institucionalizados ya sea por indiferencia o temor a represalias efectuarán los procedimientos y los menos, con gran respeto por la profesión se abstendrán de participar en éstos asumiendo las consecuencias de su decisión.)
La tenemos que asumir todos al costear con el dinero de nuestros impuestos estos procedimientos en el sector salud.
La asumen los pacientes que esperan procedimientos y cuya espera se alarga por la inclusión de abortos en la programación hospitalaria, y por supuesto;
La asume el ser al que ya no le es permitido desarrollarse y nacer, existir.
No he querido ahondar en los casos de aborto ante una violación porque un muchas legislaciones este ya está contemplado como una excepción. Por tanto debe haber una denuncia del hecho que en teoría (si nuestro sistema no estuviera dominado por la impunidad) llevaría al culpable a enfrentar a la justicia. Legalizar el aborto permitiría que el agresor coaccionara a la víctima para no denunciarlo y sólo acudir a realizarse un aborto por “su voluntad”. Gran cantidad de los casos de violación se dan desgraciadamente en la familia[13] (abuelo, padrastro, tío, primo, etc.) y en muchos de estos casos la víctima es chantajeada, a menudo por las mismas mujeres de su familia: -“¿Cómo vas a denunciar a tu abuelito/tío/padrastro? Mira que ya está viejo, ¿qué va a ser de él en la cárcel?”-. La víctima entonces acudirá a hacerse un aborto “voluntariamente” y el agresor, no sólo librará la responsabilidad de sus actos, sino que tendrá una invitación a la reincidencia. ¿El aborto legal realmente libera a la mujer?
Nótese que hasta el momento tampoco había tocado el punto de la posible consecuencia psicológica del aborto en una mujer, cosa a la que apelan muchas personas que están en contra del aborto. Esto por una simple razón, si bien concedo que muchas mujeres puede llegar a tener consecuencias como depresión o culpa, estoy convencido de que hay otras que no sentirán el mínimo efecto (o bien lo negarán sistemáticamente). Si en estos tiempos vemos humanos capaces de deshacer en ácido a un congénere sin dudarlo, ¿por qué debería sorprendernos que una mujer tome a la ligera ingerir una pastilla o someterse a un procedimiento quirúrgico para eliminar a un ser que nunca ha visto? Precisamente muchas de ellas están ahí promoviendo, más bien exigiendo, su legalización…
En resumen, legalización del aborto es una invitación a las personas a no asumir la responsabilidad por sus actos. Aquí un ejemplo, todavía más extremo, proveniente de un país del “primer mundo” (¿al que tanto queremos parecernos?).
Resulta que en Suecia, el partido liberal presentó hace un par de años una propuesta para que los hombres también tengan “derecho a abortar”. No es broma, en pocas palabras el hombre tendría hasta la decimooctava semana de gestación (que es hasta la que se permite el aborto en dicho país) para “decidir” si va a hacerse responsable de su paternidad o no. Así, en caso de que “decidiera” no hacerse responsable, la mujer tendría la opción de abortar o bien tenerlo sola pues el “aborto masculino” traería consigo, además de la “exoneración” de las obligaciones, la pérdida de todos los derechos incluidos conocer o tratar al hijo. [14]
Hay que recordar que vivimos en la era de la información donde a menudo ésta es más valiosa que los dispositivos en que es almacenada. Si no me cree, investigue y verá que hay muchas personas que han sido procesadas penalmente, condenadas a pagar grandes cantidades o pasar años en prisión por alterar, copiar o destruir códigos informáticos que en sí no son propiamente tangibles. Al final de cuentas son “ceros” y “unos” que forman programas que pueden correrse en una variedad de dispositivos físicos cuyo valor es ínfimo en comparación del propio programa.
¿Por qué menciono esto? Pues bien, si por un lado la propuesta del “aborto masculino” presentada en Suecia busca dar “igualdad” al dar la opción al hombre de “no ser padre” lo más lógico sería que también diera la opción de decidir “si ser padre”. Es decir, así como un hombre no puede decidir que se aborte un hijo contra la voluntad de la mujer, la mujer no debiera poder decidir abortar sin el consentimiento del padre. Verdadera “igualdad” (lo pongo entre comillas porque el más interesado, que es el o la que será abortado, no tiene voto).
Seguramente las “feministas” dirán que es el cuerpo de la mujer y ella decide sobre él pero eso, cómo ya lo mencioné al inicio, es incorrecto. Les guste o no (aunque sistemáticamente ignoren este hecho probado) el embrión o feto no es parte de su cuerpo puesto que tiene diferente código genético y el “dueño” del 50% de este “programa” (porque a fin de cuentas eso es el código genético, un instructivo detallado de un ser humano) es precisamente el padre y bien interponer un recurso legal en esos términos para evitar la “destrucción” del hijo que engendró.
Digamos que en tal caso el padre tendría que asumir los gastos y cuidados de la maternidad y una vez nacido el producto, le sería entregado asumiendo la madre un papel similar al del dichoso “aborto masculino” de los suecos: la renuncia a obligaciones y derechos.
Probablemente vamos a llegar a un punto en que la ciencia médica permitiría extraer el embrión de la madre que no lo desea para que el padre que sí desea tener al hijo pueda terminar su desarrollo embrionario ya sea en un útero subrogado o en alguna clase de dispositivo sofisticado que emule al útero materno.
¿Suena absurdo? No en la era de la información, además precisamente en el famoso esquema de “útero subrogado” que acabo de mencionar y que ya funciona en ciertos lugares la madre sustituta no puede realizar acciones como un aborto o conservar al bebé sin enfrentar consecuencias legales dado que el “producto” se considera “propiedad” de los padres biológicos (que aportaron el 100% de la carga genética).[15]
Casi para terminar, quiero decirle que no me queda duda de que el “feminismo” (tan de moda pero totalmente “informe”) es tan dañino e infame como el “machismo”. Lejos de reivindicar a la mujer ante los excesos de las actitudes machistas parece buscar que éstas puedan actitudes ser emuladas e igualmente toleradas del lado femenino. En lugar de buscar frenar el alcoholismo, el tabaquismo, el egocentrismo o la promiscuidad del género masculino parecen querer igualar el marcador, la prueba es que los últimos estudios indican que en los dos primeros rubros las mujeres ya están rebasando al hombre.[16] No es casualidad ni “ocurrencia” que haya surgido el término “feminazi”, el siglo pasado se exterminó a millones de seres humanos porque según el nazismo “no eran realmente personas”. Hoy se busca deshumanizar al “no nacido” para justificar su destrucción.
No es “feminismo” ni “machismo” lo que nuestra sociedad necesita, lo que necesita es “Humanismo”.
Necesitamos formar personas “humanistas” que sepan que el valor de cada persona es independiente de su género, de su preferencia sexual ,de su religión o creencias, de su estética, de su capacidad económica, de su capacidad intelectual, de su capacidad física y de su estado de desarrollo, sea cigoto, embrión, feto, niño, joven, adulto o anciano. Independiente hasta de sus defectos. Es “humanismo” no “feminismo” lo que va a liberar y dignificar la existencia de la mujer maltratada y menospreciada, de la niña que todavía es tratada como mercancía en tantos sitios de nuestro país, del niño utilizado para pedir monedas en la calle, del hombre explotado en un trabajo peligroso y extenuante por un salario de miseria, del anciano dejado a su suerte y hasta del animal cuyo sufrimiento representa una diversión para muchos o bien es abandonado en las calles.
Son Humanismo, Conocimiento y Principios Éticos los que nos van a llevar a una sociedad más equitativa, sustentable, justa y sin rencores.
Por último hay que tener muy en cuenta que la ciencia como espejo de la realidad no es democrática, podemos hacer una votación para rechazar en forma mayoritaria la ley de gravedad y sin embargo los objetos seguirán cayendo al piso. Del mismo modo podemos aprobar una ley que legalice el aborto y este seguirá siendo un asesinato desde el momento en que “suprime” a un ser humano en formación en una etapa inicial de desarrollo. A fin de cuentas lo único que lo separa o diferencia de nosotros es “tiempo” y ¿no somos todos seres en cierta etapa desarrollo? Qué triste sería que la ciencia acabe sirviendo a lo que resulte “políticamente correcto” a la moda del momento histórico particular y se corrompa de su búsqueda de la verdad.
Hoy tenemos la oportunidad de ser un parte aguas internacional al blindar el derecho a la vida no desde creencias o posturas dogmáticas sino desde la solidez de la evidencia científica y el apego a la ética, a fin de cuentas, le recuerdo que todos los que somos mayores de edad nacimos en un país donde nuestro derecho a la existencia no estaba en entredicho por ninguna ley. Por mínima decencia, ¿no les debemos lo mismo a los que vienen
Nota:
El autor es Ingeniero mecánico por el Instituto Tecnológico de Orizaba de donde egresó como mejor promedio de generación y obtuvo una beca de excelencia para hacer una maestría en ciencias de la Ingeniería Energética en ITESM Campus Monterrey. Fue profesor a nivel universitario en dicha institución donde además obtuvo un Diplomado en Ética, posteriormente su gusto por el conocimiento y el aprecio a la vida lo llevaron a decidirse a cursar la carrera de medicina en el campus Xalapa de la Universidad Veracruzana.
Lecturas básicas recomendadas para quien antes de tomar una posición y opinar tiene la responsabilidad y decencia de conocer al menos un poco el tema primero:
· Embriología médica. Con orientación clínica. T. W. Sadler
· Genética en Medicina. Ed. Thompson & Thompson
· Tratado De Fisiología Médica GUYTON Y HALL.
· Bioética Y Aborto: Hacia Una Cultura De La Vida Autor: MARIA DE LA LUZ CASAS MARTINEZ Editorial: TRILLAS
· El Mundo Finito: Desarrollo Sustentable En El Siglo De Oro De La Humanidad Autor: CARLOS AMADOR Editorial: FONDO DE CULTURA ECONOMICA
El Mundo Y Sus Demonios. La Ciencia Como Una Luz En La Oscuridad Autor: CARL SAGAN Editorial: CRITICA
Referencias:
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2. Roldán, Mariluz. (2018). Que sea ley, apoyan activistas desde México. 29/10/2018, de El Universal Sitio web: http://www.eluniversal.com.mx/mundo/que-sea-ley-apoyan-activistas-desde-mexico
3. s/a. (2018). AMLO recurre a las consultas ciudadanas como una herramienta para su gobierno. 29/10/2018, de Adn Político Sitio web: https://adnpolitico.com/presidencia/2018/07/16/amlo-recurre-a-las-consultas-ciudadanas-como-una-herramienta-para-su-gobierno
4. T.W. Sadler. (8va Edición). Embriología médica con orientación clínica. España: Editorial Médica Panamericana. pp. 3, 7, 35, 39, 147-148
5. Nussbaum, Mclnnes, WIllard. (7ma edicion). Genética en medicina. España: Elsevier Masson pp.6,7,19-22, 25-26
6. s/a. (s/a). Técnicas de diferenciación de espermatozoides. 29/10/2018, de Fertilab Sitio web: http://www.fertilab.net/ver_impresion.aspx?id_articulo=549
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8. Miró i Ardèvol, Josep . (S/A). La iglesia y los embriones. 29/10/2018, de FLUVIUM Sitio web: http://www.fluvium.org/textos/vidahumana/vid269.htm
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13. Tapia Hernández, Rocío. (2014). De familiares, 60% del abuso sexual a niños. 29/10/2018, de El Universal Sitio web: http://archivo.eluniversal.com.mx/nacion-mexico/2014/de-familiares-60-del-abuso-sexual-a-ninios-1028027.html
14. Castro-Mendivil, Enrique. (2016). "Los hombres también tienen derecho": Suecia busca legalizar el 'aborto' para hombres . 29/10/2018, de Actualidad RT Sitio web: https://actualidad.rt.com/sociedad/201316-hombres-derecho-exigir-aborto-legal-suecia
15. Bautista, Élfego. (2018). Así es el derecho | Maternidad subrogada en México y derechos humanos. 29/10/2018, de El sol de México Sitio web: https://www.elsoldemexico.com.mx/analisis/asi-es-el-derecho-maternidad-subrogada-en-mexico-y-derechos-humanos-557967.html
16. Borasteros, Daniel. (2018). Las niñas ya beben y fuman más que sus compañeros. 29/10/2018, de El confidencial Sitio web: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2018-03-08/drogas-adolescentes-tabaco-alcohol-hachis_1532735/
https://tuinfonavit.xyz/programas-sociales-amlo/